Continuamente.
Queremos estar en lo
más alto, continuamente. Nuestros sueños son siempre grandes, conseguir lo
máximo aunque ni si quiera lo necesitamos… pero ahí estamos, al pie de la
frontera para tener lo que soñamos.
No somos pacientes,
lo buscamos y lo queremos ya, al instante, produciéndose así una cadena de
fallos continuos que son irreparables mientras no seamos calmados, dejando que
aquello que no nos sobra, el tiempo, arregle todo lo que por ambición hemos
destruido.
La celeridad y la
ambición no son compatibles, así que he decido tomarme tiempo para elegir
cuales son mis objetivos.