Madres.

Ellas son las únicas que día a día se han levantado para enseñarnos la vida.
Son unas luchadoras natas, que se esfuerzan para que tengamos lo mejor, para que no nos falte nada.
Ellas son las que nos regañan y nos dicen lo que no debemos de hacer, a sabiendas de que lo haremos.
Son de carne y hueso, pero por dentro están hechas de acero. Únicas pero iguales, e imprescindibles.
No se podría acabar de escribir sobre ellas, porque no habría vida suficiente para agradecer lo que han hecho por nosotros, darnos el placer de vivir.

Dedicado a una heroína, mi madre.

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